Debate y política: la forma es fondo
Publicado originalmente en: http://www.lasillarota.com (11 de mayo de 2012)
En concordancia, con la importancia del debate político de esta semana, a continuación les comento mis impresiones sobre el papel de los candidatos(as) en el orden que aparecieron en la pantalla.
Con una tendencia dirigirse a sus oyentes en segunda persona (“tú sabes que si cumpliré”, “tú sabes que puedo hacerlo) que le da un tono a la vez paternal e impositivo, Enrique Peña Nieto fue uno de los ganadores del debate, simplemente porque no lo perdió y las encuestas apuntan que son muchos los puntos de ventaja sobre sus competidores. A pesar de que se mostró titubeante, fue cortado varias veces porque no supo cuándo acabar, y perdió demasiado tiempo argumentando que no tenía tiempo, el hecho de que no estuviera sujeto a preguntas directas e imprevistas de alguna forma lo protegió de cometer un error mayor que lo pusiera en evidencia (como ocurrió en su impedimento para mencionar un solo libro en la FIL de Guadalajara o el precio de las tortillas en una entrevista) . El candidato del PRI fue el blanco de los ataques de los aspirantes presidenciales del PAN y del PRD, pero, en la medida en que estos eran esperados, daba la impresión que sus respuestas también habían sido estudiadas y no parece haber salido demasiado raspado. En este sentido se puede afirmar que Peña Nieto nunca llego a estar despeinado durante el debate. Aunque padeció ventoleras, el copete permaneció en su lugar, y pese a algunos traspiés, el cabello nunca se le vino sobre la cara, situación que hubiera desfigurado su imagen por completo. Peña Nieto sigue con preferencias altas entre electores que no parecen exigirle demasiado.
En lo que se refiere al papel de Vázquez Mota, más allá de sus propuestas, Josefina permanece atrapada entre su mensaje de diferencia y su discurso de continuidad. Encarcelada en su propio lenguaje corporal que denota un excesivo autocontrol, parece ajustarse demasiado a la hechura apretada de sus asesores de imagen. En este sentido, conviene recordar una conocida frase atribuida a Jesús Reyes Heroles en el sentido de que, en y política, la forma es fondo. La falta de espontaneidad de Josefina le resta efectividad a su mensaje .Me parece que lo mejor que le podría pasarle a la candidata es tomarse un brebaje preparado con algo de la personalidad de Xóchitl, Gálvez para que se pueda relajar , decir una que otra grosería y echarle porras a su equipo de futbol. Así como Peña Nieto abusa de la segunda persona, Josefina lo hace de la primera. En su discurso siempre está el Yo por delante: conmigo será diferente; cuando yo estuve en la Secretaría de Desarrollo Social hice este programa para reducir la pobreza; en la Secretaría de Educación Pública promoví la evaluación de profesores; yo vengo desde abajo etc. etc., Este exceso del yo puede ser muy efectivo en los cursos de autoayuda y superación personal, pero en la política debilita los argumentos ya que el autoelogio constante se hace a costa del tiempo destinado a exponer las propuestas que sólo pueden instrumentarse como producto de la dirección de un trabajo en equipo.
Por otro lado, el debate mostró que la campaña abierta que tuvo el PAN para escoger a su candidata acabó debilitándola y dándole argumentos a sus actuales contrincantes ¿quién no recuerda que uno de las acusaciones de Ernesto Cordero para descalificarla fue presenta su records de inasistencia a las sesiones del congreso que ahora también utiliza Peña Nieto en su contra?
En lo que concierne a López Obrador, más allá de haber dejado a un lado la oratoria amorosa , su discurso no presentó demasiadas sorpresas. Sin duda tuvo razón en mucho de lo que dijo: el país está secuestrado por los grupos de interés, tenemos una corrupción que parece endémica, las grandes cadenas televisivas controlan la comunicación masiva, construyen la imagen de un candidato y lo promueven sin mayor recato. Sin embargo Andrés Manuel no llegó a ser eficiente en sus críticas porque las repitió una y otra vez. Concentrado en el ataque, es el que hizo menos propuestas. Su manejo corporal y visual fue malo como lo mostró la foto al revés de Salinas y Peña Nieto que, si bien pueden tener grandes coincidencias – e incluso una posible alianza- estas no hacen constar a partir de una imagen (de cabeza o no) donde estos dos personajes comparten una mesa ( en la democracias modernas los adversarios políticos también pueden hacerlo sin mayores escándalos) Su mirada al pasado y el hecho de sacar de contexto las referencias a Santa Ana, sólo pueden convencer a quienes ya son sus seguidores pero me parece difícil que despierten nuevas simpatías. A diferencia de Peña Nieto y Vazquez Mota, López Obrador tiende a utilizar más el nosotros que el tú y el yo, sobre todo cuando menciona a quienes integrarán sus próximo gabinete, sin embargo, también es cierto que a veces parece que lo hace cuando no siente suficiente fuerza propia, como si fuera una llamada de socorro.
Por último y como ya muchos(as) lo han comentado, en la medida en que se trataba de un relativo desconocido, Gabriel Quadri fue el gran ganador del debate, no sólo por lo que dijo sino fundamentalmente por cómo lo dijo. Si bien es verdad que la oposición entre los “ciudadanos “ y los políticos que manejo a lo largo de su discurso es un tanto cuestionable para alguien que juega su candidatura dentro de las reglas del sistema político, su presencia (esa si diferente) , con una melena desaliñada es lo más refrescante que podamos tener frente a candidatos excesivamente tiesos y repetitivos. Fueron muchos las lecciones que nos dio Quadri ,entre ellas su capacidad argumentativa, el manejo de datos sobre la realidad en México siempre en comparación con lo que sucede en otros países (así lo hizo cuando habló de cifras de productividad desarrollo económico y tecnológico). En términos generales nos mostró la habilidad para construir un discurso con estilo propio, informado, coherente, suelto, propositivo y adecuado a las condiciones de mundialización . Recurriendo nuevamente al uso de los pronombres en la política, el discurso de Quadri pareció enarbolarse en tercera persona, un diagnóstico de lo que ocurre fuera que busca presentarse como objetivo , más allá del yo, el tú o el nosotros.
Es un hecho que Quadri también ganó por el factor sorpresa y porque los otros políticos(as) se comportaron como el mismo los describió: rígidos y temerosos. Por otro lado, en su afán justificado de bajarle el rating a Peña Nieto, López Obrador y Josefina Vazquez Mota no se preocuparon por rebatirlo a él ni tampoco por dialogar entre ellos.
¿Hasta qué punto tuvieron razón en esta actitud? En términos de estrategia para aumentar sus números de votante, no o lo sé. Por mi parte me hubiera gustado escuchar su opinión frente a la la equiparación que hizo Quadri entre la necesidad de evaluación a los profesores y la de hacerlo con los Secretario de Educación ¿qué tiene que ver una y otra? Este argumento solo muestra lo qué le sirve el Panal y cómo quisiera tener el control sobre la SEP ¿ no hubiera sido una buena oportunidad para que le conteste Josefina?. Por otro lado en cuanto a la posición frente a PEMEX, Quadri lo incluyo claramente en su estrategia antimonopólica mientras que Peña , de una forma más recatada señaló que lo que intentará hacer es promover su “modernización “ ( y en esta expresión si recuerda a Salinas, quien utilizo el término modernización para justificar todo, desde la discrecionalidad en las privatizaciones hasta el acercamiento a la cúpula de la Iglesia católica) ¿No hubiera sido un buen momento para escuchar una respuesta de López Obrador frente a esta postura? (Al respecto, más allá del debate actual y de los resultados electorales a mí , que no tengo una posición clara sobre este asunto, me encantaría poder escuchar en un futuro una mesa redonda sobre el tema con una pluralidad de participantes , entre ellos Quadri y Cuauhtémoc Cárdenas)
Es una lástima que no tengamos otros debates próximos y que nos veamos obligados a esperar hasta el segundo y último ya muy cercano a la elección, para saber si los participantes cambiarán su estrategia ¿Podrán acusar a Peña Nieto de algo no habitual capaz de y causar el suficiente escándalo? ¿Se escucharán más entre ellos? ¿Discutirán entre todos o se repetirá la dinámica de Josefina y Andrés Manuel ignorándose entre sí para concentrarse en debilitar al puntero? ¿Hasta qué punto con esta actitud ellos mismo contribuyen a situarlo en el centro de la escena política? ¿Le contestarán a Quadri si calculan que el aumento de su popularidad repercute en la definición de los indecisos o les quita votos a ellos? ¿Lo acusarán de estar en una alianza no reconocida con Peña Nieto? Desafortunadamente, ante la ausencia de un debate más próximo, y en la medida en que el siguiente se llevará a cabo en condiciones muy distintas, por ahora los ciudadanos nos quedaremos con la duda.