5 de febrero: ¿quién se acuerda de la Constitución?
Originalmente publicado en: http://www.lasillarota.com (1 de febrero de 2013)
En este viernes con sabor a puente todos muchos estaremos preparándonos para gozar de un holgazán San Lunes y serán pocos, cada vez más pocos, los que vinculen esta posibilidad de asueto a la Conmemoración del aniversario de nuestra Constitución que en realidad sería el martes 5 de febrero.
Para los que ya estamos más entraditos en años, que crecimos pensando que la fecha de del 5 era inviolable, será difícil pasar de lado las razones por las cuáles no trabajaremos. Lo anterior no ocurrirá entre las generaciones más jóvenes que, dado que la fecha cambia cada año, lo único que tienen presente es que a principio de febrero siempre tendrán un sabroso puente.
La alteración de las fechas para acoplarlas al lunes tiene razones válidas en el incremento y apoyo al turismo nacional, sin embargo, en cuanto a la conciencia colectiva y la identidad nacional, la modificación del calendario no es un asunto menor ya que al hacerlo se pierde la fuerza simbólica de lo que originalmente se conmemora. Como lo señaló el conocido sociólogo francés E Durkheim a principios de del S XX, toda sociedad tiene la necesidad de mantener y reafirmar, a intervalos regulares, los sentimientos e ideas colectivas que constituyen una unidad y su personalidad y lo hace expresándose a partir de diversos ritos y conmemoraciones y aquellos que tienen suficientemente importancia quedan calendarizados en los días no hábiles.
Ahora en México, por las reformas realizada en 2006, se han borrado de nuestro calendario el día de la Constitución, el 21 de marzo que es el nacimiento de Benito Juárez, y el 20 de noviembre, día de la Revolución. Lo más probable es que, con estas modificaciones todas estas fechas lleguen a tener una menor presencia en la concepción cívica de los niños(as) mexicanos(as) y que las futuras generaciones solo tengan presente que en febrero, marzo y noviembre contamos con deliciosos San Lunes.
Sería deseable, que, ahora más nunca, ya que no hay una fecha única, la conmemoración de la Constitución estuviera acompañada por una cruzada de concientización que nos haga recordar a todos los mexicanos(as) la importancia que tiene vivir en un Estado de Derecho y conocer nuestras leyes. Con esto no quiero apelar a una campaña de un civismo rígido y acartonado que nos genere bostezos sino que más bien se trata de hacer un llamado a la creatividad para logar preservar el peso simbólico que tiene tan importante fecha.