Religión y economía: recordando a Max Weber

Publicado en: http://www.lasillarota.com.mx, el 9 de diciembre de 2011.

Hoy presentaremos, en  El Colegio de México  una magnifica  edición del La ética protestante y el espíritu del capitalismo, accesible gracias al esmerado trabajo del editor Francisco Gil Villegas y con el cual el Fondo de Cultura Económica  se viste de gala.

Este conocido libro, escrito por Max Weber  a principios del  siglo XX, es uno de los textos más importantes no sólo para la  sociología y la ciencia política sino también para las escuelas de administración de empresas  y de psicología   donde se recomienda para mostrar los efectos de las  creencias sobre las motivaciones individuales. Como ocurre con una gran parte de los clásicos, sus ideas no pasan de moda sino que,  por el contrario, cada vez que son re-leídos despiertan nuevas interrogantes.

En La ética…, Weber estudia los efectos de las doctrinas y actitudes sobre el desarrollo  económico y explica  cómo, a diferencia de otras religiones que promueven entre sus fieles actitudes  místicas  y contemplativas que llevan a un “alejamiento del mundo”, la valoración del trabajo que es propia del protestantismo genera comportamientos prácticos fundamentales para el surgimiento del capitalismo moderno.

Esta tesis ha sido recuperada  para contrastar las realidades en distintas partes del mundo, especialmente donde parece perfilarse un renacimiento de las religiones como es el caso del Islam. Otras investigaciones se apoyan en las tesis del pensador alemán para analizar la cambiante sociedad actual y preguntarse hasta qué punto los inventores de microcomputadoras y programas cibernéticos están impulsados por una innovadoraética de trabajo que permea muchas actitudes de jóvenes que, al jerarquizar el reto y la conducta metódica sobre otros placeres, acaban asumiendo una “posición evangélica” frente a las maquinas.

En América  Latina, las propuestas de Weber se han utilizado como punto de partida para explorar hasta qué punto los contrastes en el desarrollo entre nuestros países y Estados Unidos,  pueden explicarse por diferencias  religiosas.   Mientras en los dominios de España y Portugal,  la ética católica llevó a canalizar una gran parte   de los recursos económicos a la  construcción de plazas e Iglesias,   para la moral puritana de los colonos  del norte  los templos nunca tuvieron esta relevancia  y lo que más bien importaba era la reinversión en los procesos productivos.

Más allá de los aciertos y fallas de esta interpretación que por el momento rebasa los límites del presente artículo, no está de más, aprovechar esta magnífica re-edición de La Ética…,publicada con orgullo en México y dirigida a todo el mundo de habla hispana,para reflexionar sobre algunos temas de actualidad   ¿Hasta qué punto   los cultos que profesamos  determinan nuestra actitud frente a los quehaceres cotidianos?   ¿Qué tanto depende la productividad de una nación de  las convicciones con respecto a la fe  de la mayoría de sus  ciudadanos(as)?

Si intentamos contestar  esta pregunta a la luz de lo que pasa en nuestro país, los datos muestran que en la actualidad existe más bien una  disociación entre las creencias religiosas y los comportamientos económicos  Según  los resultados de la Encuesta  de Valores  realizada por BANAMEX Y EstePaís a finales del 2010, la mayoría de los mexicanos(as) no parecen  vincular  sus convicciones religiosas  con su éxito personal.

Si bien es cierto que  el  65%  de la población considera que   “Dios es muy importante” en su vida  y el 36%asiste a la Iglesia una vez a la semana, únicamente el  23%  “orientan mucho” su acción futura por la creencia de que “Dios proveerá”,  el  20% consideran que “tener fe” mejorará su posición social y sólo  el 2% afirma  que la causa de la pobreza es la  voluntad de Dios”.

Aunque el  82% de los mexicanos(as) se declara creyente – católico,sus orientaciones hacia la vida económica responden más a una individualización de tipo moderno que  a las actitudes de resignación  pregonadas por esta religión.  Esto se demuestra en las respuestas a las preguntas sobre lo que se necesita para triunfar en las cuales   el 89 % de la población mencionó  la “preparación y estudios”; el 74%  “trabajar duro” y el 47% “mostrar una  “actitud ganadora”.

Estas  percepciones parecerían tener más puntos en común con el enfoque a la productividad y al desempeño individual que Weber concibió como parte de la “ética protestante”. Sin embargo el asunto no es tan sencillo porque lo anterior no explicaría otras conductas propias de nuestra cultura como lo son la cantidad de recursos no productivos  que se canalizan para los festejos del “santo del pueblo” y otras conmemoraciones seculares y religiosas que distinguen a nuestro país.

Como el propio Max Weber afirmó, lo que ocurre en la realidad, es demasiado complicado para poder ser explicado por una sola causa ya sea  la económica, la política o la  religiosa.Por lo pronto a quienes lean este artículo a tiempo, los invito a la presentación que tendrá lugar a las 18 horas en la Sala Alfonso Reyes ( Camino al Ajusco 20).

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One Response to “Religión y economía: recordando a Max Weber”
  1. good idea im gonna try it

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