Educación, conectividad mediática y nuevas formas de exclusión
Publicado originalmente en: http://www.lasillarota.com (11 de noviembre de 2011)
¿Cómo anda nuestro país en términos de conectividad mediática? ¿Cuántos son los mexicanos (as) que tienen acceso a las nuevas formas de comunicación?
La contestación a estas preguntas presenta importantes variaciones en función de las edades, las clases sociales, y los niveles educativos de la población.
Los datos proporcionados por la Encuesta Nacional de Valores sobre lo que Une y Divide a los Mexicanos realizada por Banamex y EstePaís (ENVUD), muestran que,como era de esperarse, existen fuertes diferencias generacionales en el uso del Internet entre los ciudadanos(as) de nuestro país.Mientras que, entre la población de 18 a 29 años, el porcentaje de los que lo utilizan llega a 30%, entre los que tienen de 30 a 44 baja al 22% y entre la mayor de 45 disminuye hasta un 16%.
Lo anterior también se hace evidente en la forma de consultar las noticias. . Mientras el porcentaje de los adultos jóvenes que se enteran “algo o mucho” de ellas por Internet alcanza el 30% entre los mayores de 45 años ésta cifra se reduce al 11%.
Sin embargo, como se sabe, lo que distingue a las nuevas generaciones no es tanto el número de los que utilizan Internet sino la forma en que lo hacen. Entre los adultos menores de treinta, el porcentaje que tienen acceso a una red social como Facebook y Tweeter llega al 28%, mientras que entre los que tienen entre 30 y 44 disminuye al 14% y entre los mayores de 45 sólo representa el 7%. Es decir, mientras que la población de 35 años hace uso del Internet fundamentalmente para otros fines, entre los jóvenes resulta prioritario el contacto con comunidades virtuales.
Esto no equivale a afirmar que el uso del Internet y de las redes sociales esté generalizado entre los adultos jóvenes, Por el contrario, el acceso se concentra únicamente en los sectores con mayores niveles educativos. Mientras que el 67% de los que cuentan con estudios universitarios tienen acceso a Internet, entre los que sólo cursaron la primaria o niveles inferiores este porcentaje disminuye hasta el 4%.
Lo anterior es especialmente preocupante si se toma en cuenta que en ´México las posibilidades de llegar a los niveles educativos altos están estrechamente vinculadas con la pertenencia a las clases sociales. Según datos difundidos esta semana por el Subsecretario de Educación Superior Rodolfo Tuirán, sólo el 21% de los jóvenes más pobres llega a la universidad, mientas que, entre los grupos de ingresos más altos el porcentaje sube hasta el 78%.
Puesto que se trata de los recursos más preciados para la sociedad del conocimiento, las drásticas diferencias en la educación y la conectividad mediática tienen una relevancia mucho mayor que las meras cifras ya que inevitablemente se relacionan con nuevas modalidades de inclusión social. Como lo ha señalado NéstorGarcía Canclini en su libro“Diferentes,desiguales y desconectados”, las redes electrónicas generan “zonas de concentración e irradiación” que organizan el acceso desigual a los bienes y mensajes.
De forma cada vez más importante, las identidades de los sujetos se forjan a partir de la relación de los intercambios producidas por repertorios de información creados para ser distribuidos por todo el planeta por las industrias culturales, Estos ríos de comunicación, que fluyen a nivel mundial rompiendo todas las fronteras, han sido considerados por el sociólogo Zigmunt Bauman como uno de los fundamentos de lo que califica “modernidad líquida”.
En la medida en que en México las posibilidades cognitivas y culturales están distribuidos en forma tan diversa, la brecha digital genera nuevas desigualdades. Quien no accede a la educación superior ni “está conectado” tendrá menos posibilidades de ocupar una mejor posición social y será cada más excluido.
Por otra parte, conviene estar atento para ver hasta qué punto el uso del Internet, que está tan generalizado en la población juvenil con estudios universitarios, está produciendo nuevas formas e interacción y de acción política o ciudadana y movimientos sociales de jóvenes como los que en su momento dieron lugar a las transformaciones en Egipto y a las manifestaciones de ahora en “Occupy Wall Street”.