La hora desde Cuba
Publicado originalmente en www.lasillarota.com (21 de enero de 2011)
“Como dice Raúl, ahora y a pesar de los problemas avanzamos con buen paso»
Radio Reloj
Viajar a Cuba es como echarse un clavado al pasado. Esta impresión que describí en mi artículo anterior dedicado a los autos-reliquias y la desigualdad del transporte, también la viví al escuchar algunas emisoras como Radio Rebelde y Radio Reloj.
La primera me exportó a los slogans políticos que escuchamos los universitarios de los años setenta, mientras que la segunda, me remitió a la XEQK. Como aquellos lectores (as) entrados en años como yo recordarán, además de la “hora exacta”, esta estación transmitía “rimas exactas”, anuncios pegajosos que se quedaron incrustados en mi memoria. ¿Cómo olvidar que los “chocolates Larín“ son “ricos de principio a fin”, o que los sombreros Tardán “están de “Sonora a Yucatán”? Evidentemente, en Cuba no existen estos comerciales propios del capitalismo, pero en su lugar Radio Reloj repite otros como “De lo pasado y de lo porvenir aquí hallará lo que quiere oír”.
Pero además de enterarse de la hora y el clima, la radiodifusora nos pone al corriente, en pocos instantes, de los ejes del discurso oficial que, más allá de las conversaciones privadas o de los canales del exterior que se logren captar, es el único accesible. Entre minuto y minuto, esta radio difunde cápsulas de todo tipo. Para poder compartirlas yo las he dividido en tres áreas: a) políticas, b) culturales, c) de la salud.
a) Lo grotesco: noticias políticas
¿Qué esperar? Big Brother en marcha. La información cuenta menos que la doctrina. Sólo hay amigos y enemigos, patriotas y anti-patriotas.
En el marco nacional me tocó el aniversario del triunfo de la Revolución. Todo lo que escuché tiene un sabor añejo (que también impregna las paredes del ya muy deteriorado museo de la Revolución): Lo que Cuba le debe al Che, el “heroico alzamiento de Cienfuegos”, y el papel de Fidel en las “brigadas alfabetizadoras”. Además, la estación difunde de manera continua los “éxitos de la economía nacional durante el 2010” y para demostrarlo, da cuenta minuciosa del números de pupitres en escuelas, las camas nuevas en los hospitales, e incluso de los restaurantes que se abren con “el esfuerzo de las masas “ y que “aumentan los beneficios del pueblo”.
Como sucede en 1984 de George Orwell, los buenos ya cambiaron pero el discurso que los justifica se mantiene. En lugar de los rusos y ex soviéticos ahora los combatientes del mal son los gobiernos de Irán y Venezuela. Hugo Chávez ya no es considerado únicamente como el “hijo pródigo” de Fidel sino que ahora se ha convertido en el ejemplo a seguir en aras de lo que llaman el “socialismo del siglo XXI” (aunque en Cuba esto implique el despido de más de 500,000 empleados públicos). En cuanto a Ahmadineyad, la estación lo presenta como un líder abierto y negociador que ha sido “injustamente condenado por otras naciones» por el “procesamiento de uranio con fines pacíficos“. Aun las noticias coyunturales como las del cambio de poderes en Brasil, siempre son dadas enfatizando las relaciones de amistad con el gobierno cubano.
Otro de los asuntos abordados de forma repetitiva es el de los “cinco héroes” cubanos detenidos en Estados Unidos acusados de espionaje. Se insiste en que Obama debe liberarlos ahora que “los muros de la prisión ceden a la verdad”. Amnistía Internacional ha denunciado la “ausencia de garantías de los encarcelados” y hay muchos “norteamericanos solidarios con la causa de los patriotas” (por el momento no tengo elementos para expresar mi opinión sobre esta situación, sólo me interesa destacar el tono en que se da la nota).
b) De interés: ámbito cultural
Como se sabe, muchos artistas que quisieron seguir expresándose libremente sufrieron las restricciones del régimen y varios escritores sólo han podido continuar con sus actividades fuera de la isla. No sorprende por lo tanto que, la información sobre cultura esté impregnada de una carga política. Así, por ejemplo, se da cuenta de las acciones de la poeta Fina García Marruz para apoyar la liberación de los cinco presos cubanos.
Sin embargo, algunas noticias son particularmente interesantes. Entre ellas las que nos ponen al tanto de las actividades del historiador de la Habana Eusebio Real quien preside la renovación del Centro Histórico. Efectivamente, en mis paseos, puede apreciar cómo, gracias al apoyo económico de Europa, esta parte de la ciudad está recobrando su antiguo esplendor y es un verdadero deleite transitar por algunas de sus calles; particularmente al anochecer para gozar de la atinada iluminación.
Otras cápsulas nos adentran en la historia de las artes plásticas en Cuba. A mí me tocó escuchar las dedicadas al pintor vanguardista Esteban Dómenech. La información sobre él y otros maestros de la primera mitad del siglo XX enriqueció mi visita al renovado Museo de Arte Nacional. Lo recomiendo ampliamente. ¡Qué diferencia frente al abandono que se sentí en las instalaciones anteriores! El reconocimiento que se está haciendo a estos creadores cubanos se inserta en un discurso en el cual, a partir de ellos, se fortalece el orgullo y la identidad. Incluso me sorprendió para bien, los carteles en la ciudad que anuncia la casa-museo del escritor Lezama Lima y las jornadas que se llevaron a cabo para conmemorar los cien años de su nacimiento.
c) Lo bueno: consejos y prácticas de salud.
Esto es lo mejor. Sin ignorar que la motivación puede estar relacionada con la escasez de medicinas, los consejos son formidables; “Leer y tejer favorece la memoria”, “Si estas agripado haz un jugo de col y naranja”, “Para las molestias de halitosis te recomendamos mezclar en la batidora zanahoria y espinacas y pepino, “Para curar picaduras de insectos usa la siguiente receta: Mezcla una ramita de col con una de perejil, una de ajo poro, y tomate, y cebolla… Repite la cura dos veces al día”. De manera un tanto ingenua, sin tomar en cuenta la lógica comercial, me pregunto si los medios de comunicación en México no podrían transmitir cápsulas de este tipo para equilibrar (aunque sea un poco) los anuncios de tantos productos inútiles o nocivos a la salud que nos invaden.