La educación como arma de campaña
Publicado originalmente en: http://www.lasillarota.com (25 de noviembre, 2011)
Los últimos días se han definido aspectos fundamentales de la contienda de los partidos políticos frente a la campaña presidencial del próximo año. El PRI y el PRD ya anunciaron formalmente a sus candidatos únicos y el primero de ellos notificó también sus alianzas con los desprestigiados partidos PVEM y PANAL. Como se sabe, este último fue fundado por la maestra Elba Esther Gordillo quien lo maneja a su antojo.
Desde el punto de vista de política estratégica y el marco de la real politik estas alianzas se justifican por el eminente poder de la maestra y su capacidad como operadora política para inclinar la balanza en un sentido como quedó más que demostrado en las últimas elecciones a la presidencia. Aunque la contienda actual no tiene las mismas características de la anterior y, gracias en gran medida al apoyo televisivo, las encuestas de ahora muestran a un Peña Nieto con una clara delantera sobre los otros, todavía tenemos varios meses antes de las elecciones y esta situación podría variar por lo cual, como seguramente piensan los estrategas del PRI, más vale aliarse con las fuerzas reales ahora que lamentarlo después.
Resulta preocupante que en este tipo de coaliciones predominen las ventajas operativas de los grupos de poder sobre los compromisos para mejorar la calidad educativa que debieran ser un asunto primordial en la plataforma de los distintos partidos políticos. Los tres candidatos del PAN apuntaron algo al respecto en el debate que tuvieron entre ellos pero sus propuestas todavía son demasiado ambiguas (como también lo son sus candidaturas) y sus proyectos tendrán cómo punto de referencia lo que se ha logrado o no en términos educativos durante los últimos dos sexenios. En lo que respecta al PRD la experiencia muestra que, aunque le ha apostado a ensanchar la oferta educativa, sus preocupaciones se han inclinado más por abrir un mayor número de espacios que por lograr una mayor calidad de la enseñanza.
La apuesta por la educación es fundamental en las modernas sociedades de conocimiento y así la perciben una amplia mayoría de los ciudadanos (as) que estarán en posibilidades de votar. De hecho, como lo mostraron los resultados de la Encuesta sobre la que une y divide a los Mexicanos (ENVUD) realizada por Banamex y Este País a finales del 2010, a semejanza de lo que ocurre con todas las generaciones, el 89% de los entrevistados( as) jóvenes consideraron que lo que más se necesita para mejorar la posición social es “preparación y estudios” . Las respuestas que tuvieron un segundo y tercer lugar de menciones fueron el “trabajar duro” (74%) y mostrar una “actitud ganadora” (47%). Como contrapartida sólo el 23 % de los consideraron importante “contar con la ayuda del gobierno”; “tener contactos o palancas” (22%); tener fe” (19%); “tener buena suerte” (15%) o “sacar provecho de otros” (6%).
A medida que se incrementa la escolaridad de los entrevistados también aumenta el porcentaje de aquellos(as) que consideran la preparación y estudios como una cuestión fundamental para el éxito. En esta opinión no hay diferencias entre las edades, las clases sociales o los sexos.
De hecho, los habitantes de nuestro país tienen bastante razón en la jerarquía que dan a la preparación. Como lo han mostrado Marcelina Valdés y Stephanbie Zonszein en su propio análisis sobre los resultados de la ENVUD, “la teoría sobre la inversión en capital humano y la evidencia empírica son consistentes con la percepción de los mexicanos” ya que el nivel educativo aumenta considerablemente el monto de los ingresos de los individuos. Como también lo apunta Ricardo Estrada en su libro “Profesionistas en vilo”, en México, el premio salarial de la educación superior es considerable. Un profesionista gana en promedio 75 por ciento más que una persona con estudios a nivel preparatoria. Se trata de una diferencia amplia en términos internacionales”.
Si nos apegamos a estos resultados y tenemos en cuenta que las respuestas también muestran que existe una opinión generalizada en términos de que la calidad de la educación resulta deficiente, lo más lógico sería que, aunque sólo sea con el mero fin de ganar votantes, los candidatos(as) colocaran en primerísimo lugar de sus plataformas lo que piensan hacer mejorarla. Esperamos que por el bien de México, así sea y que los políticos(as) puedan hacerse eco del sentir mayoritario de los mexicanos(as) para que los pactos y negociaciones con los grupos de poder no vayan en detrimento de los anhelos de las mayorías. Si verdaderamente nos escucharan, los candidatos(as) podrían convertir las demandas de mejoría educativa en una eficiente arma de campaña.
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